Rumbo a la montaña de Intibucá, a más de 1,850 metros de altura sobre el nivel del mar, se encuentra este remanso de paz y tranquilidad. En la Laguna de Chiligatoro el viajero puede comer, remar, pescar con anzuelo y comprar rosas o claveles en los viveros adyacentes.
Es manejada por el patronato de la aldea lenca del mismo nombre y fue desarrollada como un paseo turístico para producir alternativas de ingresos para los indígenas. Chiligatoro es un verdadero oasis, muy frecuentado durante los fines de semana; un lugar que vale la pena visitar sin duda alguna.
Esta laguna es muy visitada por turistas locales y nacionales, llegando a registrar en la semana santa de este año dos mil 500 veraniegos que disfrutaron de este paradisíaco lugar.
0 comentarios:
Publicar un comentario